El grupo de Paleoambientes Cuaternarios del Instituto Pirenaico de Ecología IPE-CSIC (http://www.ipe.csic.es/cambios-globales), al que pertenecen las dos investigadoras principales del proyecto PYCACHU, estudia la variabilidad ambiental ocurrida en áreas continentales durante los últimos milenios, en diferentes escalas de tiempo (desde ciclos glaciales hasta anuales) y de espacio (desde pequeñas cuencas hasta continentes). A través del estudio de lagos, turberas y cuevas esencialmente, y mediante la identificación de indicadores sedimentológicos, geoquímicos y biológicos, reconstruimos la evolución del paisaje del pasado siguiendo una metodología multidisciplinar.
La correcta evaluación, proyección y mitigación de las consecuencias y evolución del actual cambio global, debe partir de estudios a largo plazo que incluyan situaciones similares ocurridas en el pasado. PYCACHU responde a esta filosofía y centra su trabajo en los Pirineos, una óptima región de estudio particularmente especial por su localización geográfica entre el Atlántico y el Mediterráneo. Destaca además su gradiente altitudinal y probada sensibilidad a los cambios actuales y pasados, y su larga historia de ocupación humana. Estas tres características han permitido seleccionar diferentes escenarios y ventanas temporales para caracterizar cambios bruscos y grados de influencia humana más o menos intensos, de modo que se están construyendo series de información aplicables, al menos, a todo el sur de Europa.
PYCACHU es una ambiciosa iniciativa científica que busca identificar, combinando diferentes aproximaciones metodológicas y disciplinares, cuándo, cómo y dónde las actividades humanas se erigieron como la causa principal de cambio ambiental en la evolución del paisaje pirenaico. Mediante el estudio de nuevos indicadores procedentes de secuencias lacustres y estalagmitas, PYCACHU está identificando nuevas evidencias de uso humano del territorio y obteniendo una reconstrucción cuantitativa de temperaturas y precipitación para los últimos 20.000 años en diferentes localizaciones de la cordillera. Del mismo modo, se busca identificar señales tempranas de pastoreo y agricultura a partir del análisis de ADN fósil en sedimentos lacustres de entornos teóricamente transitados durante la prehistoria.
Con este proyecto buscamos aplicar nuevos métodos para reconstruir, de un modo cuantitativo, los cambios climáticos del pasado e indicadores innovadores de actividades humanas. Todo ello con el fin de discernir entre las causas climáticas y las causas humanas que han modelado el paisaje pirenaico durante los últimos milenios. Disponemos ya de resultados preliminares, tanto de sondeos de lagos como de estalagmitas de cuevas. Hemos obtenido un nuevo registro sedimentario del Ibón de Tramacastilla (Huesca, Figura 1), que hemos fechado en 20.000 años en la base, por lo que recoge la historia ambiental que interesa para los objetivos del proyecto. En la actualidad estamos analizando el polen y la composición geoquímica del sedimento, y en un futuro próximo comenzaremos los análisis de ADN fósil, con la esperanza de hallar restos vegetales y animales de especies domesticadas.
Por otro lado, en las cuevas de Ostolo y Mendukilo (Navarra) hemos recuperado diversas estalagmitas (Figura 2) que ahora se encuentran en proceso de análisis, tanto de su composición geoquímica como de su cronología. Los primeros resultados han permitido reconstruir el cambio en temperatura de los últimos 16.000 años y reflejan varios cambios climáticos abruptos durante la deglaciación. Gracias a estos registros y a los siguientes que vamos a investigar en PYCACHU, podremos realizar una evaluación de las interacciones clima-humanos muy robusta, en diferentes altitudes y zonas de los Pirineos.
El proyecto supone un impacto importante en el conocimiento científico sobre el Antropoceno, ya que es el período de tiempo en que los humanos comenzamos a influir en el paisaje y el clima del planeta; pero sigue sin estar claro cuándo empezó, con qué intensidad, y desde cuándo y por qué las consecuencias de estas acciones han llegado a un punto de no retorno. Por este motivo, la producción de conocimiento científico sobre cambios ambientales en el pasado, junto con el análisis preciso de las causas que los originaron (clima o presión humana) y sus efectos, constituyen una estrategia fundamental para evaluar correctamente el impacto del cambio global actual. Además, la trascendencia social de estas investigaciones, junto con las implicaciones económicas, resulta relevante para, por ejemplo, la declaración de nuevos espacios protegidos y áreas de interés medioambiental y su relación con empresas turísticas, el establecimiento o no de nuevas industrias o explotaciones en áreas potencialmente menos sensibles a cambios irreversibles del entorno medioambiental, la evaluación de riesgos en proyectos de desarrollo, etc.
Penélope González Sampériz es Científica Titular en el grupo de Paleoambientes Cuaternarios del Instituto Pirenaico de Ecología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IPE-CSIC). Es doctora en Geografía e Historia. Su principal interés ha sido siempre la reconstrucción paleoambiental, utilizando la Palinología (estudio de los granos de polen y esporas fósiles) como método de investigación. Su línea de trabajo se centra en detectar cambios abruptos en la cubierta vegetal como respuesta al clima, actividades humanas, fuegos, competencia entre especies, etc. (Más información: http://www.ipe.csic.es/gonzalez-samperiz-penelope).
Ana Moreno Caballud es Científica Titular en el grupo de Paleoambientes Cuaternarios del IPE-CSIC. Es doctora en Ciencias Geológicas. Su principal interés es la reconstrucción de los cambios climáticos del pasado, especialmente de aquellos que ocurrieron de un modo abrupto, por las analogías que pueden tener con el cambio climático de nuestros días. Ha trabajado tanto con sedimentos marinos como lacustres. Su trabajo actual se centra en los registros de estalagmitas de cuevas. Su lugar de estudio por excelencia son los Pirineos, donde además investiga cómo el clima queda archivado en la composición isotópica del hielo, tanto en depósitos fósiles en cuevas como en los últimos glaciares pirenaicos. (Más Información: http://www.ipe.csic.es/moreno-caballud-ana).