En democracia, nuestros adversarios no son nuestros enemigos. De esto parecen seguirse dos ideas importantes: que la deliberación, hablar con otros, es esencial y que tenemos que incluir el mayor número de puntos de vista posible, especialmente los de quienes sufren discriminación. Sin embargo, ¿es discutir con quienes no piensan como nosotros la mejor forma de tomar buenas decisiones? Existen numerosos estudios que muestran que el desacuerdo fomenta el enfrentamiento, la polarización. ¿Significa esto que la democracia deliberativa está condenada como sistema político? ¿Qué podemos hacer si la discusión, tanto entre afines como en grupos dispares parece producir más extremismo? Estas preguntas son las que abordamos en nuestro proyecto.
El objetivo del proyecto es examinar la relación que hay entre el modo en que discutimos, la polarización afectiva y la composición por sorteo de los órganos de instituciones privadas y públicas cuya finalidad es la toma de decisiones como resultado de un proceso deliberativo. Examinaremos cómo afecta la composición de los grupos al aumento de la polarización afectiva dentro de ellos y en qué medida este aumento puede relacionarse con una mayor presencia de desacuerdos cruzados, situaciones en los que las partes dan muestras suficientes de concebir de manera significativamente distinta la disputa ante la que se encuentran. Una parte insiste, por ejemplo, en el derecho a decidir sobre estructura territorial del estado o sobre el derecho de las personas desplazadas en contra de su voluntad a ser acogidas y la otra responde apelando a lo que de hecho dicen las leyes vigentes. Los desacuerdos cruzados son una herramienta para la detección temprana de la polarización.
En concreto, nos preguntaremos qué ocurre cuando la composición del grupo que discute se establece por sorteo. ¿Se reproducen las dinámicas que pueden minar la discusión también aquí? Las cámaras cuyos componentes se seleccionan mediante sorteo entre los ciudadanos eran un instrumento central de la democracia ateniense y han estado presentes a lo largo de la historia, hasta nuestros días. Por ejemplo, así se seleccionó el órgano que propuso la última modificación de la Constitución irlandesa. El sorteo puede utilizarse para salir del callejón sin salida al que parece abocada la democracia deliberativa.
Este proyecto es una aplicación del trabajo teórico desarrollado previamente por el grupo. Es parte del movimiento que hemos denominado “giro político en filosofía analítica”: la utilización de las herramientas filosóficas desarrolladas por el grupo y por otros que trabajan en esta misma línea para señalar formas de injusticia y opresión que podrían permanecer invisibles e intervenir sobre ellas, en la medida de lo posible. Estas formas de opresión incluyen las capacidades de las personas para ser plenos sujetos de conocimiento o sus posibilidades de expresar sus ideas, valores o preferencias. Las personas que componen el equipo han publicado un gran número de artículos y libros de amplio impacto internacional en los que se articula el marco conceptual para perseguir ahora estos objetivos prácticos.
Las metas del proyecto van más allá de su contribución al debate filosófico, dado nuestro propósito de ofrecer instrumentos concretos que permitan mediar en el desarrollo de debates políticos, especialmente aquellos que hacen referencia a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Con ello, se pretende reducir la presencia de prácticas que no solo impiden que el debate progrese, sino que pueden tener un terrible impacto en las actitudes que la sociedad tiene hacia, por ejemplo, las personas desplazadas en contra de su voluntad u otras minorías vulnerables.
Manuel de Pinedo, acreditado para cátedra, es doctor por la Universidad de Sussex (2000) y trabaja como profesor titular en el Departamento de Filosofía I (Universidad de Granada) desde su incorporación al mismo con una ayuda Ramón y Cajal en 2001. Ha publicado en numerosas revistas de filosofía, psicología y ciencias cognitivas del más alto impacto, tanto en solitario como en colaboración con otros miembros del equipo. Su especialidad es la epistemología y filosofía de la mente política.
Neftalí Villanueva, es profesor titular de Lógica y Filosofía de la Ciencia y en la actualidad director del Departamento de Filosofía I de la Universidad de Granada. Doctor europeus por la Universidad de Granada, ha desarrollado su carrera en el Institut Jean Nicod (París, Francia), el Institute of Philosophy (Londres, Reino Unido) y en la Universidad de las Islas Baleares, además de la Universidad de Granada. Ha sido contratado Juan de la Cierva y ha disfrutado de una Beca Leonardo, financiada por el BBVA y dedicada al estudio de la relación entre desacuerdos cruzados y polarización. Su especialidad es la filosofía del lenguaje