Proyecto I+D+i 2020 «Generación de Conocimiento»: Corrupción y poder en España y América (Siglos XVII-XVIII)

29 novembre 2023

El fenómeno de la corrupción no se puede interpretar como algo nuevo de hoy en día, pero tampoco es posible afirmar que hunda necesariamente sus raíces en dinámicas existentes en el pasado. Prácticas de corrupción han existido a lo largo de la historia bajo distintas formulaciones y expresiones, si bien es posible identificar ámbitos territoriales de mayor incidencia, etapas de intensificación, e incluso de diversificación de las estrategias para obtener enriquecimientos de forma ilícita. No obstante, en la actualidad carecemos de mecanismos de control de la corrupción, a diferencia de lo que sucedía en la España de los siglos XVI, XVII y XVIII, cuando la monarquía sí que implementó instrumentos de vigilancia y persecución de la corrupción, en concreto, mediante juicios de residencia, visitas y pesquisas, e incluso de forma puntual adoptó medidas para prevenir posibles conductas ilícitas por parte de los agentes de gobierno.


En ese marco, y sobre el presupuesto fundamental de que la corrupción adquirió diferentes significaciones según los contextos, se puede afirmar que los estudios de carácter político la asocian al nepotismo, al soborno, al abuso de poder y la tiranía; los jurídicos consideran que la corrupción se vincula a la prevaricación o al cohecho; incluso, desde una óptica moral, otros estudios relacionan la corrupción con el engaño, la deshonestidad y la ambición desmedida que, por lo general, derivaba en la avaricia. En su gran mayoría, fueron conductas sociales, económicas, políticas, administrativas y morales que la sociedad percibió como contrarias al bien común.

Figura 1
Figura 1. El árbol de la corrupción. Grabado de 1796 que representa a John Bull tratando de derribar del árbol a los corruptos. Copyright: The Trustees of the British Museum.

Este proyecto de investigación financiado por la AEI aborda una investigación sobre todas aquellas prácticas que hoy día entendemos por “corrupción” pero que en el Antiguo Régimen eran constitutivas de delito y, por ende, perseguidas por la justicia y por el Estado a través de los referidos mecanismos de control. Se trata de una lectura fundamentalmente política y económica de la corrupción, si bien no es posible soslayar su dimensión moral. Los investigadores del proyecto analizan el abuso en el ejercicio de los cargos públicos, su aprovechamiento en beneficio del interés privado, y el enriquecimiento ilícito que solía perjudicar a terceros, ora fuesen estos súbditos del rey ora la hacienda del monarca. En suma, estudian cuantas actuaciones eran calificadas en la época como propias del “mal gobierno”.


Esta propuesta plantea como escenario de investigación tanto el ámbito americano como el castellano, concebidos como un todo unitario, aunque con una clara orientación de los estudios hacia el primero, por dos razones: porque a la luz de las investigaciones realizadas hasta ahora, en los territorios de la América colonial la corrupción alcanzó mayor intensidad que en otros territorios de la monarquía, pues las posibilidades de enriquecimiento fueron superiores, y también porque disponemos de un mayor número de fuentes documentales para los territorios americanos como consecuencia de que allí se aplicaron con más regularidad los sistemas de control y alcanzaron a más esferas de gobierno. Para procesar toda la información los investigadores ampliarán una base de datos relacional en la que los miembros del equipo trabajan desde hace años.

Figura 2
Figura 2. “Boca de león” para denuncias del Palacio Ducal de Venecia. Destinada a los magistrados, es una de las múltiples bocas que se pueden encontrar en las ciudades del Norte de Italia y que fueron creadas para denunciar abusos, corrupción y malas prácticas. Fotografía libre.

Como fruto de este proyecto los investigadores esperan obtener a lo largo del periodo de ejecución resultados que se apoyan en una metodología específica de investigación sustentada en el cruce de múltiples fuentes documentales y en el análisis microhistórico. Pretenden desentrañar las prácticas ilícitas cometidas por los agentes de gobierno en todos los ámbitos institucionales, otorgando especial relevancia al estudio de las altas escalas de gobierno político, así como a los espacios de poder informal, o lo que es lo mismo, aquellos que no tuvieron funciones como miembros del aparato burocrático de la monarquía. Igualmente tratan de avanzar en el estudio de los mecanismos de control de los agentes de gobierno, analizándolos siempre en contexto, desde la percepción de los coetáneos y desde lo que la justicia entendía como prácticas ilícitas y, por supuesto, profundizando en el conocimiento de las funciones que dichos mecanismos cumplían en el sistema de gobierno.


El impacto del proyecto tiene una doble dimensión. Por un lado, en el ámbito académico, contribuirán a desmitificar una interpretación que hasta ahora se ha venido manteniendo en torno a la corrupción como fenómeno específico de las sociedades contemporáneas. Por otro lado, en el ámbito social, el proyecto se incardina con una problemática que está presente en nuestra sociedad actual y que, al mostrar cómo en el Antiguo Régimen existían y funcionaban los mecanismos anticorrupción, pretende ser una llamada de atención acerca de la necesidad de implementar fórmulas control, del mismo modo que se aplicaron en el pasado para tratar de limitar y minimizar las prácticas de corrupción.

Investigadores/as Principales del proyecto
Francisco Andújar Castillo

Francisco Andújar Castillo es Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Almería. A lo largo de su trayectoria ha dirigido varios proyectos del Plan Estatal de I+D, centrando sus investigaciones en historia social de las instituciones en el Antiguo Régimen. En los últimos años ha sido I.P. de dos proyectos sobre historia de la corrupción en España y América en los siglos XVII y XVIII. Es autor de más de 150 artículos y capítulos de libros que han visto la luz en revistas y libros nacionales e internacionales, así como de ocho libros como autor único y otros tantos como editor.