El proyecto EASE surge de la inquietud de un grupo de investigadoras de la Universidad de Sevilla y varias colaboradoras internacionales por los crecientes niveles de presión escolar observados en el alumnado adolescente, especialmente en las chicas. En los últimos años, diversos estudios internacionales han venido situando a España en las primeras posiciones cuando se analizan los niveles de presión y ansiedad escolar en la adolescencia y se han acentuado las diferencias entre chicos y chicas, por lo que el proyecto se orienta hacia un reto social y científico prioritario. Para contribuir a abordar estos desafíos, a los que se une el impacto de la COVID-19 en la vida escolar, el equipo del proyecto busca aunar el interés científico con una fuerte vocación aplicada y de transferencia a la sociedad, pues el fin último del proyecto no es otro que ayudar al alumnado adolescente, sus familias y los centros educativos en el abordaje del estrés escolar.
El objetivo del proyecto es investigar las experiencias de estrés escolar del alumnado de educación secundaria y analizar de manera integrada el papel que tienen los factores familiares, escolares e individuales en este fenómeno. El acrónimo EASE hace un guiño a la palabra inglesa ease, que significa aliviar o relajar, y procede de las iniciales del título del proyecto: Estrés escolar en el Alumnado de Secundaria en España.
El proyecto emplea un diseño mixto, que combina dos metodologías claves en la investigación en ciencias sociales: metodología cuantitativa y cualitativa. Para ello, se organiza en tres fases. En la primera, gracias a la colaboración de los centros educativos, más de 4.000 estudiantes de secundaria han completado el cuestionario online del estudio, que proporciona datos de gran interés sobre sus experiencias de estrés escolar, el impacto de la COVID-19, así como experiencias familiares, escolares y factores individuales que pueden acentuar o aliviar el estrés. En la segunda fase, conscientes de la necesidad de dar voz al alumnado adolescente en las iniciativas orientadas a la promoción de su bienestar, está prevista la realización de grupos de discusión con chicos y chicas de centros educativos diversos. Finalmente, en la tercera fase, se integrarán los resultados de las dos fases anteriores y se desarrollarán claves de actuación basadas en la evidencia científica, ofreciéndose recomendaciones para las familias y los centros educativos respecto del abordaje del estrés escolar en la etapa de educación secundaria. En total, el proyecto EASE tiene una duración de cuatro años, por lo que su página web (https://grupo.us.es/proyectoease/) y la cuenta de Twitter @proyectoEASE son herramientas útiles para acceder a más información sobre el proyecto y mantenerse al día de las novedades del mismo.
Gracias a la diversidad de factores analizados y a la combinación de metodología cuantitativa (empleada en su primera fase) y metodología cualitativa (empleada en la segunda fase), el proyecto EASE contribuirá a la comprensión del estrés escolar en nuestro país, con especial atención a las diferencias de género, así como a un análisis más amplio de los factores de riesgo y protección relacionados con este fenómeno. La apuesta decidida por la transferencia de los resultados de investigación a la sociedad permitirá, además, que este proyecto aporte información valiosa para la toma de decisiones y el diseño de intervenciones que contribuyan a la promoción del bienestar en nuestros centros educativos. La temática y el enfoque del proyecto, con sus implicaciones en los ámbitos de la salud y de la educación, no solo lo sitúan en una posición estratégica para maximizar su retorno social y económico, sino que, además, lo dotan de gran interés científico. Así, cabe destacar el potencial del proyecto EASE para la producción de claves de actuación basadas en la evidencia que pueden ser de utilidad para la administración y los agentes implicados en la toma de decisiones en el ámbito educativo y de la promoción de la salud, así como para los contextos educativos más próximos a nuestros jóvenes, entre los que resultan fundamentales las familias, el profesorado y los profesionales de la educación.
Además, la comprensión de los factores que influyen en los altos niveles de estrés escolar en el alumnado adolescente y su mayor presencia en las chicas suscitan en la actualidad gran interés en la comunidad científica internacional, por lo que el proyecto EASE corresponde con una línea de investigación prioritaria, con el potencial de contribuir a situar a la ciencia española en posiciones influyentes en el panorama científico internacional.
Irene García Moya es Doctora en Psicología y trabaja como Contratada Ramón y Cajal en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. Además de la línea de investigación sobre estrés escolar, que actualmente lidera como IP del proyecto EASE, sus intereses de investigación incluyen también la importancia de las relaciones entre alumnado y profesorado para el bienestar adolescente, habiendo sido la investigadora responsable de varios proyectos centrados en la conexión alumnado-profesorado (student-teacher connectedness), financiados por la Comisión Europea y la Fundación La Caixa. Además, desde el año 2010, es miembro del equipo de investigación en España del estudio internacional Health Behaviour in School-aged Children y ha sido elegida como una de las coordinadoras del grupo de expertos sobre el contexto escolar de la red internacional de dicho estudio, posición que ocupa desde 2018 y que le ha permitido abordar aspectos como la satisfacción y el estrés escolar desde una perspectiva internacional. Fruto de su intensa actividad investigadora, ha publicado recientemente el libro monográfico sobre conexión alumnadoprofesorado The importance of connectedness in student-teacher relationships. Insights from the Teacher Connectedness Project. También es autora de numerosos artículos en revistas de alto impacto internacional sobre factores familiares y escolares que contribuyen al bienestar durante la adolescencia. Compagina su actividad investigadora con su labor docente en la formación de futuros profesores y profesoras, en distintas titulaciones de la Universidad de Sevilla.