Mi perfil investigador es un tanto atípico en España, donde los estudios sobre la música se hayan dominados por las perspectivas históricas y por los estudios culturales. Mi formación inicial se anclaba en las prácticas musicales del conservatorio y en las ciencias matemáticas que estudié en la universidad, disciplinas a las que uní perspectivas desde las ciencias cognitivas durante mi formación doctoral en el ámbito musicológico. En Francia pude potenciar este perfil interdisciplinar con contratos postdoctorales en el IRCAM parisino y en la Université de Strasbourg.
Volví a España, a la Universidad Complutense de Madrid (UCM), a inicios de 2020 con un contrato del programa de Atracción del Talento Investigador de la Comunidad de Madrid. Mi idea era reforzar mi CV internacional –respecto de Francia– de cara al concurso de plazas del CNRS, pero la COVID cambió por completo el escenario. Mis objetivos y anhelos personales modularon y opté por intentar labrarme una estabilidad en España, a través de las ayudas Ramón y Cajal de la AEI. Tuve la enorme fortuna de ser seleccionado en el primer intento.
No me suelo considerar a mí mismo musicólogo, sino teórico de la música, especializado en el análisis de los aspectos formales y cognitivos de las prácticas musicales contemporáneas y de diversos modelos representacionales de la teoría musical. Esta perspectiva interdisciplinar me ha permitido colaborar –y publicar conjuntamente, algo infrecuente en el ámbito musicología hispanoparlante– con investigadores de otras disciplinas como la informática o la lingüística cognitiva. Destacaría entre estas colaboraciones mi encuentro con Cristóbal Pagán Cánovas, quien también ha sido beneficiario de las ayudas Ramón y Cajal, en su convocatoria de 2016. La música es una realidad ubicua, aunque con diferentes variantes según las distintas culturas. En su estudio, las ciencias exactas, empíricas y sociales no deber ser vistas como un enemigo de las humanidades, sino como excelentes aliados para una mejor comprensión de este mecanismo de comunicación multimodal.
Me preocupa el retorno que la investigación tiene en la sociedad, y este aspecto no siempre es evidente en el ámbito de las humanidades. Cuestiones formales y cognitivas como las que llevo años estudiando –y continuaré desarrollando en los próximos años gracias a esta ayuda– se encaminan a una mejor comprensión de las prácticas musicales y de la percepción de la música. De este modo, pretendo dialogar con disciplinas como la psicología de la música y la didáctica musical, ambas de incuestionable utilidad social.
Como señalaba anteriormente, mi meta cuando solicité la ayuda Ramón y Cajal en 2020 era alcanzar una estabilidad laboral a medio plazo en Madrid. El apoyo del Fondo Social Europeo, con una financiación específica para la perennación potencial de los puestos de trabajo creados al amparo de estas ayudas, fue determinante cuando decidí someter mi candidatura. La última convocatoria de estas ayudas, en 2021, ha ampliado el número de beneficiarios y las cuantías salariales, lo que es una gran noticia; que los mecanismos de estabilización desde la última convocatoria no sean claros todavía resulta, a cambio, un factor de enorme incertidumbre para los nuevos candidatos que convendría, a mi juicio, ser subsanado lo antes posible.
José L. Besada Portas es titulado superior de Música (Real Conservatorio Superior de Música de Madrid), licenciado en Ciencias Matemáticas (Universidad Complutense de Madrid, UCM) y máster en Artes (Université Paris 8). Tras doctorarse en 2015 (cotutela entre Université Paris 8 y la UCM), ha obtenido contratos postdoctorales en el Institut de Recherche et Coordination Acoustique/musique (IRCAM, París) (2015-2016) y en la Université de Strasbourg (2017-2019). Se ha incorporado en 2020 a la UCM a través del Programa de Atracción de Talento de la Comunidad de Madrid, y prosigue desde 2022 gracias al Programa de Ayudas Ramón y Cajal de la Agencia Estatal de Investigación. Ha sido profesor asociado en la Sorbona durante 2016. Entre sus trabajos destaca la monografía Metamodels in Compositional Practices: The Case of Alberto Posadas’s Liturgia Fractal, coeditada por el IRCAM. Sus artículos han sido aceptados en varias de las revistas de mayor impacto en el ámbito de la música contemporánea (Organised Sound, Tempo, Perspectives of New Music, Contemporary Music Review) y del análisis musical (Music Analysis, Music Theory Online). Es miembro desde 2020 del consejo de administración de la Société Française d’Analyse Musicale, y miembro fundador de la Sociedad de Análisis y Teoría Musical. Es actualmente editor de la sección de arte del Journal of Mathematics and Music.