En el año 2020 en España fueron atendidos por el sistema público de protección a la infancia 49.171 niños, niñas y adolescentes. Se trata de una población con unas características complejas y heterogéneas que ha pasado por experiencias de adversidad temprana y cuya protección y bienestar deben ser garantizados por el Estado. El acercamiento a esta realidad permite identificar las principales necesidades de estos chicos y chicas y aumentar la eficacia de las intervenciones que se llevan a cabo con ellos. Esa atención debe dirigirse igualmente a su integración efectiva en la sociedad una vez cumplen la mayoría de edad, porque si su protección durante los años de la infancia y la adolescencia es una obligación para las administraciones públicas, su transición a la adultez cuando esa protección concluye es todavía una incógnita. Conocer los retos de esa transición es condición imprescindible para apoyarla.
Las y los protagonistas de este proyecto de investigación financiado por la AEI son chicos y chicas cuya vida comenzó con experiencias de adversidad familiar (negligencia, maltrato…) que obligaron a la actuación de los poderes públicos a través de distintas medidas de protección, algunas de las cuales implicaron integración en familias alternativas (acogimiento familiar, adopción), mientras que otras consistieron en cuidados residenciales colectivos. Partiendo, pues, de situaciones de adversidad similares, sus contextos de desarrollo posteriores fueron marcadamente diferentes. Este proyecto tiene como objetivo analizar la transición a la adultez en personas con diferentes trayectorias de protección (acogimiento residencial, acogimiento familiar y adopción). Permite, por tanto, analizar dos temas tan importantes como interrelacionados: las consecuencias y posibilidades de recuperación a largo plazo de la adversidad temprana y la influencia de los contextos protectores familiares y no familiares sobre esos procesos de recuperación. Otro elemento esencial del proyecto es su carácter longitudinal, pues las y los jóvenes estudiados fueron evaluados previamente en tres momentos distintos (Estudio LAIS.US, web http://grupo.us.es/estudiolais/): cuando tenían entre 4 y 8 años (proyecto ref. SEJ2006-12216), 8 y 13 años (proyecto ref. PSI2010-19287) y 13 y 18 años (proyecto ref. PSI2015-67757-R). En la esfera internacional, son muy escasos proyectos que tienen al mismo tiempo este doble objetivo evolutivo a partir de la adversidad temprana y de evaluación de contextos de desarrollo.
También son excepcionales las investigaciones que cubren un tan amplio espectro de contenidos y de entornos de estimulación y desarrollo. En efecto, en las fases previas del estudio se evaluaron distintas dimensiones evolutivas (crecimiento físico, desarrollo cognitivo-lingüístico, funciones ejecutivas, evolución de los vínculos emocionales, relaciones con iguales), así como las características y la influencia de los principales contextos de desarrollo: familia, escuela y compañeros y compañeras. El proyecto actual permitir seguir abordando esos contenidos en la etapa de la transición a la adultez (entre los 18 y los 24 años) y posibilita el análisis longitudinal de las trayectorias y procesos de recuperación tras la adversidad temprana. Asimismo, uno de los principales objetivos del estudio se centra en la exploración del impacto de las medidas de integración familiar (adopción y acogimiento familiar) frente a las medidas residenciales (acogimiento residencial), para lo cual la muestra longitudinal (basada fundamentalmente en una población de adopción internacional procedente de Europa del Este) se complementará con una muestra transversal integrada por jóvenes que pasaron por las distintas medidas de protección (adopción internacional con diferentes orígenes, adopción nacional, acogimiento familiar y acogimiento residencial) y por familias adoptivas y acogedoras.
El estudio LAIS.US ha aportado hasta el momento sólidas evidencias en torno a las consecuencias de la adversidad temprana en la infancia y la adolescencia, mostrando la complejidad y heterogeneidad de los procesos de recuperación, con unos aspectos del desarrollo mejorando de forma más rápida y completa (por ejemplo, la vinculación con las figuras de apego en los casos de integración familiar) y otros presentando una mayor resistencia al cambio (por ejemplo, la representación de sí mismos y de los demás, particularmente en situaciones estresantes). El presente proyecto permitirá seguir indagando en las repercusiones de las experiencias infantiles iniciales y en las posibilidades y limitaciones de la recuperación más allá de la adolescencia. Asimismo, se analizan temas centrales del desarrollo humano (como la salud física, mental o relacional) y sus contextos de desarrollo, y se incorpora el análisis de nuevos retos propios de la adultez emergente, como son la identidad, la integración social o las relaciones de pareja. Finalmente, se estudian los efectos en la adultez temprana de las distintas medidas de protección en la infancia y la adolescencia y se recogen las perspectivas de las familias adoptivas y acogedoras.
Se espera que los resultados del proyecto tengan importantes implicaciones. Por una parte, en las aportaciones de tipo conceptual, el proyecto permitirá ampliar el conocimiento sobre los procesos, las posibilidades y limitaciones de recuperación del desarrollo humano tras experiencias de adversidad temprana. Por otra, en sus dimensiones más aplicadas, permitirá examinar las necesidades específicas de jóvenes con diferentes trayectorias de protección y contribuirá a identificar factores y experiencias que favorezcan la recuperación y el bienestar de chicos y chicas con tales experiencias. El proyecto contribuirá a analizar fortalezas y debilidades de las distintas medidas de protección, así como la capacidad de cada una de ellas para proteger y garantizar el bienestar de los y las menores y para promover en ellos y ellas una adecuada transición al mundo adulto. En un momento en que las políticas públicas de atención a las necesidades de diferentes realidades sociales están en revisión, los resultados de este proyecto contribuirán a arrojar luz sobre un sector social frecuentemente invisibilizado y de una particular vulnerabilidad. El compromiso con su bienestar es uno de los rasgos definitorios de este proyecto de investigación con tanta ambición conceptual como aplicada.
Maite Román Rodríguez es profesora titular del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, donde desempeña su actividad docente e investigadora. En 2010 obtuvo su doctorado con mención europea centrado en el apego en niños y niñas adoptados y en acogimiento residencial. Está entrenada y acreditada en numerosas técnicas de evaluación del apego infantil, adolescente y adulto y ha realizado estancias internacionales en el Anna Freud Centre en Londres (dos estancias); en el Center for Child and Family Studies en Leiden; en el Center for Attachment Research en Nueva York; y en la Unidad de Investigación y Postgrado de la Universidad Autónoma de Chile. Es coordinadora del Longitudinal Adoption & Institutionalization Study de la Universidad de Sevilla, un estudio financiado a través de cuatro proyectos I+D+i del Plan Nacional que se inició en el año 2006 con el objetivo de analizar a lo largo del tiempo los procesos y contextos de desarrollo y recuperación tras experiencias de adversidad temprana. Ha recibido distintos reconocimientos, entre los que destacan el otorgado por la Fundación Acción Familiar o el Premio Joven a la Cultura Científica del Ayuntamiento de Sevilla.
Carmen Moreno Rodríguez es catedrática del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, donde desempeña su actividad docente e investigadora. En relación con la segunda, desde el año 2000 es la investigadora principal en España el estudio Health Behaviour in School-aged Children (HBSC), un estudio colaborador de la OMS y financiado en España por el Ministerio de Sanidad, del que forman parte más de 50 países y que explora un amplio abanico de aspectos relacionados con la salud, los estilos de vida y la calidad de los contextos de desarrollo de los adolescentes en los diferentes países. Sus intereses de investigación también incluyen el estudio de la familia como contexto de desarrollo infantil, así como el análisis de los procesos de recuperación psicológica en niños y niñas que han experimentado adversidad inicial y que posteriormente han pasado por diferentes medidas de protección. Recientemente, y en colaboración con UNICEF, trabaja junto a su equipo en el estudio de las preocupaciones sociales durante la adolescencia y el desarrollo del adolescente como ciudadano/a. Su trayectoria investigadora ha sido reconocida con el Premio FAMA de la Universidad de Sevilla en el área de Ciencias Sociales y Jurídicas.