El proyecto se compone de tres subproyectos coordinados y gestionados desde la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Oviedo, con el concurso de profesores de otras universidades públicas españolas. Persigue el doble propósito de valorar el efecto de los cambios económicos, sociales y tecnológicos en el mercado de trabajo y de calibrar su influencia en la configuración de las normas laborales. Quiere ser un soporte académico capaz de analizar y racionalizar las transformaciones que viene experimentando en los últimos años la legislación del trabajo y, al mismo tiempo, vislumbrar las reformas necesarias para que el sistema jurídico laboral pueda responder de modo eficiente a las demandas de la sociedad y del sistema productivo. El proyecto actúa sobre la premisa general de que hoy en día los ajustes de las normas laborales no sólo proceden de las condiciones internas del país, sino también, y cada vez en mayor medida, de las exigencias del escenario internacional, principalmente de la Unión Europea.
 

Uno de los principales focos de atención del proyecto es el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito de las relaciones de trabajo, tanto en lo que se refiere a los poderes directivos del empresario como a los derechos y deberes del trabajador. La robotización y la automatización generan riesgos evidentes de sustitución de las personas por máquinas, mientras que la utilización de algoritmos y sistemas de inteligencia artificial para tomar decisiones relativas a contratación, asignación de tareas, promoción profesional, control del trabajador o extinción de contratos suscita problemas de colisión con los derechos del trabajador, pues se ha demostrado, por ejemplo, que dan lugar a resultados discriminatorios difíciles de combatir por la falta de transparencia de esa tecnología.

Unas veces como consecuencia de esa revolución tecnológica, y en otras ocasiones por la confluencia de otras muchas circunstancias de índole económica, cultural y social, lo cierto es que uno de los grandes retos que se plantean a la legislación laboral en los momentos actuales es el de la determinación de su ámbito de aplicación. Esta clase de problemas ha vuelto a manifestarse a propósito de determinadas actividades emergentes, como el trabajo organizado a través de plataformas digitales.

Sin embargo, la revolución tecnológica no es la única causa que está poniendo en cuestión las estructuras tradicionales del Derecho del Trabajo, que se está viendo afectado por otros fenómenos no tan nuevos, pero que están manifestando rasgos o facetas particulares. Tal es el caso del trabajo familiar, que puede quedar dentro o fuera de la legislación laboral no por el tipo de actividad, sino por la relación de parentesco, lo que provoca incertidumbres e incoherencias en su protección social. Por su parte, las prestaciones invisibles (trabajo informal) o infraprotegidas (trabajo doméstico), claramente feminizadas, deben obtener un tratamiento legal específico que garantice su acceso al mismo nivel de protección social que el resto de personal asalariado. También el tercer sector (prestaciones para entidades empleadoras sin ánimo de lucro), presenta singularidades y, aunque el Derecho del Trabajo ha mostrado escasa atención específica hasta la fecha, ha adquirido a día de hoy una reseñable relevancia, por su valor social y su interés público. Algo similar puede decirse de las prestaciones en el sector público, en las que la articulación de normas laborales y normas administrativas causa numerosas dificultades y disfunciones, no resueltas pese a la aprobación del Estatuto Básico del Empleado Público.                                           

En último término, este proyecto pretende actuar como laboratorio de análisis de las transformaciones del Derecho del Trabajo a la altura de nuestros días y como base de operaciones para ofrecer pautas y sugerencias acerca del más pertinente rumbo de la legislación laboral con vistas al mejor cumplimiento de sus clásicas funciones de protección de los trabajadores y de rendimiento del trabajo. La tarea habrá de centrarse principalmente en tres ámbitos concretos. En primer lugar, el concepto de trabajador, es decir, qué personas deben estar protegidas por el Derecho de Trabajo y qué personas deben contar con una protección distinta. En segundo lugar, qué modificaciones requiere el Derecho del Trabajo para conseguir una protección real y efectiva, evitando no sólo la huida del Derecho del Trabajo, sino también fenómenos como los “trabajadores pobres”, protegidos formalmente por la legislación laboral, pero no con la intensidad suficiente. Y, en tercer lugar, qué cautelas y remedios deben introducirse para reducir los riesgos de las nuevas tecnologías como la robotización o los sistemas de inteligencia artificial, porque el trabajador no debe convertirse en una mera herramienta a las órdenes de un robot o un algoritmo.